martes, 31 de mayo de 2011

Confesiones de Malena

Lunes por la noche. Casi que martes.
Son las dos de la mañana. Escribo tarde. Como casi siempre.
Entra un tímido rayito plateado por la ventana, la habitación se hace cada vez más grande cuanto más se acerca la hora de dormir.
Me acerco al armario, y cojo del último estante, el osito de peluche blanco que me acompaña durante la semana. Ese osito al que C. esconde cuando llega, y a veces incluso amenaza con tirarlo por la ventana, de los terribles celos que le provoca.
Desarmo las sábanas, y las miro con rabia. Lanzo al puto oso de mierda dentro de la cama. A algo me tengo que abrazar. Ese es el puto problema.
Empieza el momento de rabia incontrolada. Odio la noche. La odio con fuerza. Odio la oscuridad que viene a engullirme, como un monstruo para un niño.
Odio el frío de mi cama vacía. Mi piel desnuda contra el roce del hielo de mi cama.
Odio poner el despertador del móvil. Si C. estuviera a mi lado no haría falta el despertador. Me despertaba cada día con besos, me sacaba de la cama, me llevaba a la ducha mientras me desvestía por el camino… Me esperaba con el desayuno en la cocina. Eso, después de 10 años juntos. Siempre.
Odio apagar la luz, el teléfono, el ordenador, la televisión. De pronto todo se hace silencio y oscuridad y frío…



Sigo sin poder dormir.
Me quito las bragas. Empiezo a tocarme. Pienso en la última vez que rozó mis nalgas con su fuerza inusitada. Pienso en el momento en que me levanta la falda. Pienso en sus palabras dominando la situación. Pienso en su aliento, en su olor, en su perfume, ése que me pongo para dormir…
Húmeda de nuevo.
Acaricia todo mi sexo. Con todos mis dedos. Con todo mi ansia.
Me penetro. Me siento. Me acoso. Me  suplico. Me gimo. Me pienso.
Me toco.
Me hago un lío con las sábanas. Las aparto. Toda la cama revuelta. Como si hubiera alguien más.
Me descontrolo. Me inclino. Me doblo. Me hundo. Me sudo. Me mojo. Me gusto.
Me toco.



Le lloro.

viernes, 27 de mayo de 2011

Temporada de fresas



Votaciones: arriba a la derecha
A la fresa ganadora... le ponemos chocolate...

jueves, 26 de mayo de 2011

Se aceptan mimos

Estoy triste.
Y no puedo dormir...

martes, 24 de mayo de 2011

Fin de la encuesta

¿QUÉ PAIS VISITAS MAS?

Bueno, parece ser que Francia gana, de forma ajustada, y Cuba queda relegada al más absoluto de los olvidos… Ahhhh, pero Grecia… ese segundo lugar de Grecia, arañando casi el campeonato a Francia… ja!!

Ahora bien, lo “divertido” del tema viene en la segunda parte…

¿QUÉ PAIS TE GUSTARIA VISITAR MÁS?

Aquí sí que hay ABSOLUTO GANADOR…
Pero entonces, lo que veo es que, muchos de los que visitan Grecia, se quedan con las ganas y quieren seguir visitándola en todo su esplendor… un día sí, otro también… todos los rincones de Grecia, que tiene muchos…
Cuba es una opción para pocos, y Francia se nos queda muy por debajo. Esto debe ser porque ya casi todo el mundo ha visitado Francia en demasiadas ocasiones, y París es lo que tiene… termina cansando…
Pero Atenasssss… ayyyy, Atenasssss… Atenas no cansa, pide más, pide ir una y otra vez, de todas las formas y maneras… hoy vamos en avión, mañana vamos en barco, hoy la miramos por arriba, mañana por abajo… también podemos intentar ver sus lados ocultos, o visitarla con más gente.

Grecia. La cuna del mundo. Ahí nació todo y ahí vuelve todo, y a todos nos gusta Grecia, porque aunque alguno no la haya visitado, sabe que es hermosamente bella, que le va a dar todo el placer que sus sentidos puedan soportar.

Grecia…

lunes, 23 de mayo de 2011

El sabor de mi piel


Saboreando(me)  fresas...

Olvidé mencionar el detalle: debajo de la fresa... está mi ombligo.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Habrá que complacerle...

Faldita corta verde, camiseta de tirantes blanca, medias de algodón hasta la rodilla… Así me dispongo yo a esperarle…
Dos coletas, nada de maquillaje, y si acaso una venda sobre mis ojos, depende del día… o de si he sido buena en exceso… ¿o mala?.
Llega a la habitación, una sola vela encendida, y yo castigada en el rincón, esperando.
A veces tarda. Tarda mucho. Me hace esperar, por aquello del que espera, desespera. Dice que así acumulo una desesperación que luego él quiere controlar. Un ansia. Así lo llamo yo. Ansia, caray, ansia… Unas tremendas ganas de que comience a hablarme al oído, a darme órdenes, a veces apresuradas, sin orden ni concierto, mientras yo trato de atinar por dónde se está moviendo.
El primer azote suele venir, casi siempre, por sorpresa. Ahí terminan mis ansias. Y comienza mi verdadero placer.

Ayer me dijo que me quiere con otra faldita. De cuadros. Si eso roja. Que le gusta el rojo. Que le gustan los cuadros. Que quiere verme así cuando vaya a buscarle en el coche.

- No puedo llevar mi falda para ir a buscarte. Apenas me cubre.
- Ni me importa.
- Pero bueno… ¿me estás escuchando? No tengo una falda corta para ir a buscarte!!
- Pues te la compras. De cuadros. Y roja.
- No tengo tiempo.
- Pues lo haces. De cuadros. Y roja.

Y eso… que mañana me voy de compras…

lunes, 9 de mayo de 2011

Algo sobre mí

Debajo de "mi" foto... tal que aquí...

viernes, 6 de mayo de 2011

Sin dormir

Y mira tú a qué horas me pongo yo a escribir…
Sigo sin poder dormir por las noches, abrazada a tu ausencia de a diario, besando los huecos de las sábanas, esos que no se llenan contigo, dejando caer mi pelo no sobre tu pecho, sino sobre el precipicio de las horas.
Estas horas, tan vacías como muertas. Muerta voy a estar yo mañana cuando suene el despertador. Maldeciré cualquier noche por haber sido mejor que ésta. Maldeciré cualquier año, de aquellos que vivimos juntos, por fin… Maldeciré cualquier día que viniste cargado de besos. Los maldigo a todos, por haber sido mejores.

Y ahora toca revolverse en la cama, buscando la postura exacta que por fin me lleve a los brazos de Morfeo. Y no, que no hay manera. Que yo solo puedo dormir cuando estoy contigo, a ver si nos entendemos. Que solo cierro los ojos si estás a mi lado, y así no tengo miedo del monstruito que puede salir del armario. O cuando acaricias mi cabeza, sin parar, durante horas, y yo parece que meditara sobre la infinidad de la ternura. Así te siento. Así, así y sólo así, me duermo.

O extenuada tras varios orgasmos, tras una sesión de sexo duro y varios, o muchos, de tus azotes, de tus agresivas palabras, de tus manos apretando mis nalgas, hasta dejarme una ligera marca, de tu lengua caliente llenando mis bordes, o de tus empujones de macho ibérico, poniendo las flores de mis bragas en su sitio, de tus gemidos acusadores, y de los míos. Sobre todo, de los míos.

Recordándote entre susurros que ya puedes desatarme las manos, que ya es momento de soltar la venda de mis ojos, porque ahora… ahora así, también así, puedo dormir.

martes, 3 de mayo de 2011

Relajémonos - Memorias de Malena (II)

Hace tiempo recibí como regalo un bonito sobre con unas florecitas secas y un lacito verde. En su interior, un bonito papelito de reciclaje marrón:

“Masaje antiestrés de 1 hora de duración.
Centro Karma LaraLara”.
Llame para pedir cita.”

Así que con toda mi ilusión en la espalda, por pasar una horita bonita y feliz, como la de los bares, pero mejor aún, llamé por teléfono:
- “Centro Karma LaraLara”.
- Hola, quería pedir cita para un masaje antiestrés que me han regalado.
- ¿Le viene bien mañana jueves? 
- O no, mañana no…
- ¿Y el viernes?
- Sí sí, el viernes estupendo.
- ¿Le importa que le dé el masaje Juan?
- (Ostias tú!!!, que me lo va a dar un tíooooo!!!!!)
Estoooooo… mmmmm… estoooooo… sí sí…
- Bueno, pues nos vemos el viernes.

Ahí andaba yo, dos días llenos de misterio, pensando que un hombre iba a tocarme durante una hora, de una forma “legal”, vamos, que C. no podría decir nada al respecto. PERFECTO. Plan perfecto!!!

Llegó el viernes, y allí fui yo, con la tontería de una quinceañera, pensando que aquello iba a llevarme a un segundo plano astral, o algo parecido… Arf arf arf…

Me atendió la amable señorita del teléfono, que me dijo que pasara a la cabina, y me quitara toooooda la ropa, y añadiera en su lugar un mini tanga rosa, que pensaba yo “para ponerme eso, mejor no me pongo nada… “
A los 3 minutos, llegó Juan. Contra todo pronóstico erótico, Juan era un hombre de unos 55 años, calvo, bajito y nada agraciado, por no decir que el pobre, era lamentablemente feo.
- “Te pongo un poco de música?
- Bueeeeeenooooo.
Empezó a sonar una música delicada y suave, sonidos marinos y francamente relajantes. Aquello me gustaba.
Tumbada de espalda, Juan me dijo que bajaría un poco la toalla, lo justo para no incomodarme, pero que necesitaba hacer una línea perfecta entre el principio de mi espalda y el final de la misma.
(Oléeee… sí sí, lo que tú veas… )
Y empezó a tocarme. Juan empezó a tocarme.
Y cómo me tocaba!!!… Nunca en la vida pensé que un tipo como aquel pudiera hacerme disfrutar de aquella manera, pero aquella línea perfecta sobre mi espalda y mis caderas, era francamente perfecta, para él como dador, y para mí como receptora.
Pensé que me dormiría en cualquier momento, pues me sentía verdaderamente a gusto, pero no. Lo que yo quería era disfrutar de cada tacto, de cada mano firme que me apretaba, de cada movimiento por mi piel…

Y pienso en todo esto, porque hace un mes me han vuelto a regalar otro sobrecito de esos… en otro lugar… pero bueno… a una le da por añorar…