martes, 22 de marzo de 2011

Me quedo con todos... y con ninguno...

Soy mujer. Razón de peso que me da derecho a no saber lo que quiero, a llorar sin motivo y a ponerme tontorrona viendo Los Puentes De Madison.
Nos centraremos en el primer punto, el importante. Y es que una, ya está en edad de elegir, pero a veces la cosa se complica.
Siempre me han gustado los hombres maduros. Maduros, mayores, con ese porte de "estoy de vuelta de todo y cuando quieras te lo demuestro". Adjunto documento gráfico número 1:

Este tipo de hombre me incita a mil y un pecados. Sean Connery, actualmente, 80 años, en esta foto, 64.
Un hombre así se sabe y se conoce cada uno de los pliegues y secretos que esconde el cuerpo de una mujer. Un  hombre así te tiende sobre la cama y cuando se acerca a tu cuello, ya estás comenzando a sentir el primer orgasmo.

También me han gustado siempre los hombres "Maduritos", sin llegar a la calificación de "Mayores". Adjunto documento gráfico número 2:
Nunca fue Richard Gere santo de mi devoción, pero una imagen vale más que mil  palabras.
Un hombre así se concede la osadía de seguir invitándote a bailar. Un hombre así hace que te sientas la princesa de todas las fiestas. Un hombre así inunda de sonrisas tus lunes.

Cuando ya pensaba yo que lo tenía todo atado y bien atado, llegó "El Hombre Más Guapo del Mundo". Adjunto documento gráfico número 3:
Se llama Sakis Rouvas, tiene 37 años y es griego, nacionalidad que le confiere un punto positivo más (o dos... o tres...). Un hombre así... un hombre así me pone como una moto, me derrite como a un helado y no sigo por mantener el poco pundonor que me queda ante un un hombre así...

Finalmente, ahora me ha dado por los yogures desnatados. Adjunto documento gráfico número 4:
20 años. Recién cumplidos. Y una expresión de "te voy a desgastar hasta que no quede de tí más que tus huesos, que para eso tengo 20 años y energía de sobra". A mal traer me tiene.

Y enfrascada en semejante decisión, llego a la conclusión de que no me quedo con ninguno... porque me doy cuenta que en C. reúno a los 4.
C. conoce perfectamente cada rincón de mi cuerpo, lugares apropiados donde tocar con más o menos suavidad. Conoce el momento justo en que debe acercarse a mi espalda y susurrar en mi cuello "De esta no te libras, princesa". Sus azotes son tan precisos como apreciados.
C. me hace sentir la más deseada del momento, la más mimada, la más querida. A la que llenan de besos cuando comienza el día y también cuando cae la noche.
Sus ojos son tan claros que puedo verme reflejada, y su sonrisa, no es comparable a nada.
C. me desgasta cada noche que estamos juntos. Me pide más y yo se lo doy. Me recorre con sus labios tantas veces que pienso que ésa será mi última noche. Desliza sus manos y entreabre mis piernas, colmándome de exquisito placer. Se convierte en el veinteañero que conocí cada vez que me tumba de espalda sobre la cama, araña mi espalda, sujeta mi pelo, azota mis nalgas, las separa y me posee...

C. lo es todo... No tengo que elegir....

2 comentarios:

Efectos Especiales dijo...

Buen blog. Me quedo con tu permiso.
Elfx

Malena dijo...

Gracias Elfx. Bienvenido a mi rincón.
BeXo.